Vale, lo confieso: hay pocas cosas que me gusten más en Halloween que un postre que esté rico… pero que además sea CUQUI nivel dios. Y estos cupcakes de bruja lo tienen todo: son fáciles, están buenísimos y encima quedan tan chulos que da hasta penita comérselos (aunque luego no te tiembla el pulso, ya verás).
¿Lo mejor de todo? Que es una receta perfecta para hacer con los peques, con amigos o incluso tú solo mientras te pones un playlist de pelis de miedo y te marcas una tarde de cocina modo Halloween ON.
Ingredientes para los cupcakes (unos 12)
- 125 g de mantequilla blandita (nada de piedra de nevera)
- 150 g de azúcar
- 2 huevos grandotes
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 100 ml de leche
- 150 g de harina de repostería
- 30 g de cacao puro (sin azúcar, que ya bastante lleva el resto)
- 1 cucharadita de levadura química
Para la buttercream de colores
- 200 g de mantequilla a temperatura ambiente
- 250 g de azúcar glas (mejor tamizado)
- 1 cucharadita de vainilla
- Colorante en gel: morado, verde, naranja… lo que te apetezca.
Y para los sombreros de bruja tan top:
- Galletas Oreo (para la base)
- Fondant negro
- Fondant de colores (para decorar los detalles)
- Un poquito de paciencia (que también se necesita)
¿Cómo se hacen? Fácil, mira:
1. Primero los cupcakes, que es la base del invento
Pon el horno a 180ºC y prepara tu bandeja con las cápsulas.
Bate bien la mantequilla con el azúcar hasta que parezca una cremita. Añade los huevos de uno en uno (importante no echarlos todos de golpe, que luego pasa lo que pasa).
Añade la vainilla y luego los ingredientes secos (harina, cacao y levadura) alternando con la leche. Lo justo para mezclar, sin volverte loco.
Rellena las cápsulas hasta 2/3 y al horno unos 20 minutillos. Mientras tanto… ¡a preparar lo divertido!
2. Buttercream bien colorida
Bate la mantequilla un buen rato (5 minutos mínimo). Luego vas añadiendo el azúcar glas poco a poco y cuando esté todo bien integrado, le pones el colorante que más te guste.
Aquí ya entra tu vena artista: morado, verde, naranja… o todos a la vez, que estamos en Halloween y vale todo.
3. Los sombreros de bruja (esto mola un montón)
Con el fondant negro haces circulitos para las bases (del tamaño de las Oreo) y luego unos conitos para la parte de arriba. Los unes con un poco de agua o pegamento comestible.
Después les pones cinturones, hebillas o lo que te salga del caldero con el fondant de colores. ¡Creatividad al poder!
4. Decorar y flipar
Cuando los cupcakes estén fríos (paciencia, que si no la buttercream se derrite), ponles un buen copete con la manga pastelera y planta tu sombrero encima.
Decora con sprinkles, purpurina comestible, mini murciélagos o lo que encuentres por casa. Cuanto más cargado, mejor.
Truquito final de bruja casera
Esto es lo típico que cuando lo pones en la mesa en Halloween todos te dicen: «buah, qué pasadaaa, ¿esto lo has hecho tú?». Y tú sonríes misteriosamente (pero por dentro sabes que es más fácil que un hechizo de principiantes).
Perfectos para una merienda, para llevar al cole, para una fiesta o… simplemente para darte el caprichazo.
Avisado quedas: uno no es suficiente.