Cada 31 de octubre, las calles se llenan de disfraces espeluznantes, calabazas sonrientes y niños cargados de caramelos. Pero… ¿te has parado a pensar alguna vez por qué celebramos Halloween? ¿De dónde sale esta costumbre de mezclar sustos, dulces y mucha diversión?
Spoiler: Halloween no nació en una tienda de disfraces ni lo inventó Hollywood. En realidad, su origen es muuucho más antiguo (y misterioso) de lo que imaginas.
Todo empezó con los celtas… y sus espíritus
Para encontrar el verdadero origen de Halloween hay que viajar más de 2.000 años atrás, hasta las tierras de Irlanda, Escocia e Inglaterra, donde los antiguos celtas celebraban una fiesta llamada Samhain (se pronuncia “sow-in”).
¿Y qué hacían? Pues celebraban el fin del verano y el comienzo del año nuevo celta. Pero aquí viene lo más interesante: creían que justo la noche del 31 de octubre el mundo de los vivos y el mundo de los muertos se mezclaban. Vamos, que podían aparecer fantasmas, almas perdidas… o cosas bastante peores.
¿La solución celta? Encender hogueras, ponerse disfraces aterradores y hasta usar máscaras para despistar a los espíritus. Y sí, de ahí viene nuestra costumbre actual de disfrazarnos en Halloween.
Del Samhain celta… al Halloween moderno
Con la llegada del cristianismo, la Iglesia tuvo una idea genial (y bastante práctica): en lugar de eliminar la fiesta, decidió adaptarla.
Así, el 1 de noviembre pasó a ser el Día de Todos los Santos (All Hallows’ Day), y la noche anterior se conocía como All Hallows’ Eve. ¿Adivinas qué pasó con ese nombre? Pues que con el tiempo se acortó y deformó hasta convertirse en Halloween.
¿Y cómo llegó Halloween a América?
Gracias (otra vez) a los inmigrantes irlandeses, que en el siglo XIX llevaron sus tradiciones a Estados Unidos. Allí, Halloween fue evolucionando hasta convertirse en una fiesta llena de calabazas, disfraces, sustos… ¡y toneladas de caramelos!
Eso sí, no podemos olvidar a Jack O’Lantern, el astuto irlandés que engañó al diablo y terminó vagando con un nabo iluminado. Cuando su historia llegó a América, cambiaron el nabo por calabazas (mucho más fáciles de tallar) y nació otro de los grandes símbolos de Halloween.
Hollywood y las pelis hicieron el resto
El gran boom de Halloween llegó gracias a las películas, los dibujos animados y las series americanas que nos mostraban lo divertido (y terrorífico) de esta noche.
Desde Charlie Brown hasta El extraño mundo de Jack, pasando por las miles de pelis de terror ambientadas en Halloween… La cultura pop se encargó de que esta tradición llegara a todos los rincones del planeta.
¿Se celebra Halloween igual en todos los países?
Pues no. Cada lugar tiene sus propias costumbres, aunque todos comparten ese amor por lo misterioso y lo dulce.
- En México, por ejemplo, se celebra el famoso Día de los Muertos, una fiesta llena de color, altares y ofrendas.
- En España, aunque Halloween ha llegado con fuerza, también se mantienen tradiciones como la Castañada en Cataluña o la Noche de los Finaos en Canarias.
- En Japón, Halloween se ha convertido en un fiestón en las calles de Tokio, con disfraces alucinantes y desfiles llenos de creatividad.
Entonces… ¿Halloween es una moda americana?
Pues no exactamente. Halloween tiene más de dos mil años de historia, aunque es cierto que los americanos lo han convertido en un espectáculo.
Lo bonito de esta fiesta es que mezcla tradiciones ancestrales, leyendas, sustos, risas y, por supuesto, caramelos. Porque al final, Halloween es eso: una noche para pasarlo bien, disfrazarte, decorar calabazas y, sobre todo, compartir momentos terroríficamente divertidos.
Así que ya lo sabes: la próxima vez que veas una calabaza iluminada o un niño disfrazado pidiendo dulces… recuerda que detrás hay siglos de historia (y un poquito de magia).
¡Feliz Halloween! 🎃👻